Los seres humanos somos más que síntomas, somos un todo, es por eso que aplico el triángulo de los tres pilares que ha hecho que mis pacientes mejoren su salud.
Tanto acá, en Youtube y en mis otras redes sociales brindo información sobre enfermedades del sistema digestivo. Conocerlas en un lenguaje sencillo, permite que el paciente comprenda su enfermedad, sea parte activa en el tratamiento y tenga mejores resultados.
Los tres pilares que aplico con mis pacientes, los han ayudado a reconocer que no hay pastillas mágicas, que esto es un trabajo en equipo: médico – paciente.
El primer pilar es la parte nutricional, de nada sirve tomar los mejores medicamentos si tenemos malos hábitos de alimentación.
El segundo pilar son las pastillas, las cuales doy de acuerdo al diagnóstico, después de una evaluación detallada.
El tercer pilar, muchas veces dejado de lado y subestimado es la parte emocional, no existe salud física sin salud mental.
Además de esto me valgo de imágenes para explicar los diagnósticos y los síntomas a los pacientes. La paciencia y el escuchar son mis mejores aliados.
Algunas personas necesitarán procedimientos como endoscopía, colonoscopía o proctoscopia, los cuales se realizan si hay una indicación clara y con las medidas de seguridad necesarias.
Desde niño soñaba con ser médico para curar a mamá y ayudar a las personas con bajos recursos. El camino fue completamente difícil, tener muchas cosas en contra me hizo fuerte, ser subestimado me convirtió en un David que venció a Goliat, mirar las cosas desde abajo me enseñó a ser humilde, creer en la palabra de Dios me llevó a donde hoy estoy y a donde estaré.
Recuerdo perfectamente los días duros durante el internado médico, habían muchas cosas que no sabía cuando me las preguntaban, no lo entendía, no parecía real. Regresaba a casa con una lista larga de todas las preguntas que no había podido contestar, no dormía hasta tener la respuesta de todas, no me podía permitir ser derrotado nuevamente con la misma pregunta.
Aprendí a tratar urgencias, enfermedades comunes, partos, atender niños, curar heridas, aprendí a escuchar a la persona detrás del paciente, a llamarlos por su nombre y no por una cama o enfermedad, aprendí que las gracias de un paciente o familiar a quien le salvaste la vida vale más que el dinero, aprendí que los médicos no somos Dioses sino más bien ángeles enviados por Dios.
El año pasó, me hice fuerte, aprendí que lo malo no está en no saber sino en no querer aprender.
Me fui a Huancavelica por un año a realizar mi SERUMS, fue una de las experiencias más bonitas de mi vida. Los caminos largos, la lluvia, la esperanza de la gente, la sonrisa de los niños, son cosas que siempre quedarán en mi mente y corazón.
Decidí realizar la especialidad de Gastroenterología, quería realizarla en el Hospital Daniel Alcides Carrión del Callao y solo se podía acceder a una de las dos vacantes postulando por la Universidad Mayor de San Marcos. Estudiaba desde muy temprano y todos los días, durante un año abrigué el sueño de ingresar. El día del examen estuve tranquilo, lo rendí y por la noche esperé los resultados… Santiago Marcelo Julio Godofredo: No ingresó. Me quedé cerca del puntaje.
No podía creer lo que miraba en la pantalla, dije: esto debe ser un error y me eché a llorar. Después de unos minutos levanté la mirada al cielo y le di gracias a Dios, no estaba donde quería, pero tampoco donde empecé. Cuando rezamos el Padre Nuestro decimos: hágase tu voluntad y no la mía. Estaba tranquilo porque di todo de mí.
Pasó un mes, hubo la renuncia de uno de los ingresantes, habría nueva adjudicación, pero no me permitieron participar porque mi nombre en la lista ya había pasado hace unas semanas y la vacante sería para alguien que todavía no habían llamado.
Regresé a casa muy molesto porque me parecía injusto que alguien con menos puntaje que yo accedería a esa vacante. Al cabo de dos días, ingresé de casualidad a la página donde brindaban información al respecto y me di con la sorpresa que ese proceso había sido anulado y que se haría nueva adjudicación al día siguiente. Fui nuevamente, aunque sabía que había una alta probabilidad que regrese a casa molesto nuevamente… y el milagro de Dios apareció: Adjudiqué la vacante, esa vacante para la especialidad que quería y no solo eso, ¡sino para el lugar que quería!
Fueron 3 años en el Hospital Daniel Alcides Carrión del Callao, aprendí muchísimo, conocí maestros que hasta el día de hoy me ayudan a resolver dudas.
Si algo he aprendido en este camino, es que para Dios no hay nada imposible y que las cosas se logran con: Trabajo + paciencia + fe.
¡Ah! Lo olvidaba, también hice lo siguiente:
Experiencia laboral en Hospitales
Asociaciones a las que pertenezo:
Médico Gastroenterólogo con especial interés en Hepatología, te brindo información sobre enfermedades del sistema digestivo de forma sencilla.
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